Era otro día más en mis aburridas vacaciones, cuando me provocó tomarme un Nestea bien frío (sí, ya yo me tomaba el Nestea así antes de que Meridiano Televisión comenzará a hacerle publicidad exageradamente). Me dirigí hacia la cocina con una misión en mente: buscar mi Nestea.
Durante mi camino me encontré una piedra, a la que llamaremos mi abuela. Ella estaba en la mesa del comedor con teléfono en mano (Un Nokia con linterna, y aún así imposible para ella aprender a usarlo) y al darse cuenta que la tecnología la venció, acudió a mí para algo tan sencillo como lo que era marcar un número telefónico.
Mujer que no jode, es hombre -Pensé-.
-¡Claro abuela! Dime el número.
-*Me muestra un papel* Este es.
-Toma abuela. Listo.
Y aquí comienza todo.
A mi abuela le atienden el teléfono y ella, muy amablemente, dice: "Buenas tardes, se encuentra el Señor A..". Algo la tuvo que haber interrumpido, porque quedó con la boca abierta y del otro lado del teléfono se escuchaba una voz gritona (de una señora menospáusica supongo).
Luego de que le cuelgan el teléfono, ella me mira y me dice:
-¡Esa señora me llamó puta! ¡Que grosera!
-Mialma abuela, debe ser que marqué el número m...
-¿Quién se cree qué es? ¡Puta será ella! ¡Si ni me conoce!
-Tranquilízate abuela, de seguro fue qu...
-¡No, no, no! La voy a volver a llamar.
Y la vuelve a llamar. Por supuesto que le dijeron lo mismo que cuando llamó la primera vez (eso le pasa por necia)
Muy molesta se dirige a mí (no sabía si irme a buscar mi Nestea o seguir viendo como una desconocida le decía puta a mi abuela) y me dice: "Mira, vas a decirle a esa señora que yo no soy ninguna puta" y me pone el teléfono en el oído (no me dio tiempo de reaccionar).
La señora atiende. Era una voz de una mujer de cuarenta y tantos años y me dice en tono molesto:
-¿Aló?
-Si señora, disculpe. Habla el nieto de la señora que la llamó hace unos minutos y le hablo para decirle qu...
-¡AJA! ¡Usted es el nieto de la puta que se está acostando con mi marido!
-No señora, hubo un mal entendido. Lo que pasa es que yo...
-¿Sabe qué? No vuelvan a llamar. Dígale a esa señora que es una puta y que usted es un...
Y me colgó.
Mi abuela me miró, yo la miré. Un silencio profundo dominaba la cocina. Mi abuela lo interrumpió diciendo:
-Ajá... ¿Qué te dijo?.
-¡Esa vieja me llamó cabrón! ¡Qué le pasa!
-Ajá ajá ¿Y qué dijo mío?
-Ah... Nada. Lo mismo, que eras una puta.
-¿QUÉEE? ¡Nojoda! Estos nietos no sirven pa' un coño.
Y se va a su habitación, dejando en la mesa de la cocina el pedazo de papel donde estaba el número.
Tomé el papel y comparo el número con el que marqué en el teléfono. Era obvio que lo había marcado mal.
Nunca le dije a mi abuela, no lo vi necesario. Nada de esto hubiera pasado, si ella aprendiera a utilizar un teléfono.
La verdad no me siento culpable (porque me dio mucha risa jajajá). La única moraleja que les puedo dejar es que nunca le hagan favores a sus abuelas, y si los hacen, háganlo mal.
P.D: No había Nestea, así que quedé con las ganas.
Dedicado para: Andrea Calicchia Giangregorio.
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