martes, 9 de agosto de 2011

Cuando se fue la luz


Pensé que mi vida cambiaría cuando me mudara de mi tierra natal, y vaya que si cambió. Tierras nuevas, gente nueva, casa nueva, baño nuevo, todo nuevo. No asimilaba que me acababa de mudar a Paraguaná (conocido como Punto Fijo) y vaya bienvenida que me hizo.

Para los que no saben, Punto Fijo sufre de ausencia de luz (me refiero a que se va la luz más veces de la que viene), se podría decir que sufrimos de alumbrones y no de apagones. Bueno, en fin, voy con mi historia.

Estaba en mi nueva habitación viendo la televisión muy molesto (ya que quería regresar a mi tierra natal) hasta que me quedé dormido. Aquí comienza todo: 

4:00 AM, un silencio profundo dominaba la noche (La gorda de la otra calle se echaba una flatulencia, por decirlo así, y lo podría escuchar). El televisor se había apagado misteriosamente, al igual que el aire acondicionado (un maracucho sin aire acondicionado, muere). Abro los ojos y no veo nada, ni una luz ¡Nada!. Y entro en desespero... No consigo el teléfono, el televisor no prende, mi hermano no me responde (se estaba ahogando en su propia baba de lo dormido que estaba), estaba tan desesperado por no ver nada que llegue a un punto que grité histéricamente: ¡PAPÁ ESTOY CIEGO! ¡PAPÁ NO VEO NADA, ESTOY CIEGO!.

Mi papá, como buen padre que es, entra a mi cuarto furioso (en ropa interior ¡Vaya espectáculo!) y he aquí nuestro diálogo:

-¡¿Qué pasó Ruben?!
-¡Papá, papá!¡No veo nada, estoy ciego!
-¡Muchacho marico! -enciende la linterna- ¿No ves que se fue la luz?
-Ay, que alivio. (la verdad me sentía aliviado, a pesar de lo estúpido que luego me sentí)

Mi papá volvió a la cama, pero yo estaba seguro de que se iba a vengar... Y lo hizo.

A cada vecino, a cada familiar, a cada amigo de él o mío le contó mi vergonzosa historia y yo, por supuesto, como buen hijo, sólo sonreía y de vez en cuando soltaba una que otra carcajada.

A veces me pregunto si todo hubiera sido diferente si hubiera llamado a mi mamá... Bueno, eso es algo que nunca podré saber.

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